lunes, 27 de enero de 2014

Criar a nuestros hijos, compartir nuestro mundo




Esta entrada lleva por título el mismo que el de un escrito de Chögyam Trungpa Rinpoche publicado en el Shambhala Times (en este link podéis acceder al artículo completo, que no tiene desperdicio).

Para quienes tenéis problemas con el inglés, os comparto algunas citas traducidas de éste:

"Se espera mucho de los padres. En la comunidad budista, se espera de ti que practiques meditación y tienes obligaciones sociales de todo tipo, como trabajo voluntario y asumir responsabilidades compartidas dentro de la comunidad. Encima, tienes un trabajo, tienes tu relación de pareja - un marido o mujer que puede ser algo difícil - y, encima, tienes a tus hijos, lo cual puede ser realmente difícil de manejar. Así que quizá sientes que vas a explotar. Tratas de usar cada dedo de ambas manos para ayudarte a mantener todo a la vez. Continuar con tu agenda diaria de práctica de meditación se convierte en algo imposible. Y encima, también te tienes que preocupar de tu economía. Parece que no queda tiempo para plancharte las camisas, vestirte adecuadamente o limpiar la casa. Se te hacen todo tipo de demandas. En parte debido a tu compromiso personal con la práctica y en parte debido a otros compromisos sociales, todo tipo de demandas recaen sobre ti, así que encuentras tu vida completamente llena, totalmente llena. No tenemos siquiera tiempo de cambiar un pañal, y mucho menos de ponerle gasolina al coche. Pero a la vez, estas cosas son necesarias. Tenemos que sacar tiempo para las cosas más básicas de la vida, de manera que las cosas sean válidas."


"Te gustaría ser de nuevo una persona libre -durante veinticuatro horas o por sólo unas horas. Te gustaría tener libertad por sólo diez minutos - y por eso le das a tu hijo biberones y chupetes para que estén ocupados. En Inglaterra, a los chupetes los llaman 'dummies' (tontos), lo cual debería decirnos algo. Encuentro que ésta es una actitud muy insultante hacia tu propio cuerpo y carne - lo que son tus hijos. Y porque tienes una charla muy importante, sacas a los niños de la habitación. Les das de comer en otro lugar y los pones a dormir pronto. No estoy particularmente diciendo que tengas que estar de servicio para tus hijos las veinticuatro horas, o que tengas una actitud heroica o de guerrero al lidiar con tus hijos. Pero aparcar a tus hijos en algún lugar o no tener tiempo de siquiera lavarlos no está bien."



"El punto que me preocupa es que no deberíamos trasmitir ningún tipo de sensación de rechazo a nuestros hijos. En cuanto sentimos que los niños son una molestia, es porque la molestia somos nosotros más que nuestros hijos. La escuela no debería verse como un lugar donde hacéis un depósito, como el banco. Ingresas a tu hijo y te dan un número de serie. Cuando acabas tus asuntos, puedes volver con tu número de serie y recuperar a tu hijo. Llevar a tus hijos a la escuela no es como dejar un abrigo en un restaurante. 



De hecho, estamos construyendo un mundo budista, de manera que nuestros hijos puedan crecer en un ambiente que sea bueno y esté bien. Es revolucionario y representa una fantástica visión de que estamos construyendo ese mundo. Nos gustaría que nuestros hijos crecieran en una situación en la que  padres, maestros, cuidadores e incluso administradores trabajen juntos, uniendo fuerzas para mejorar el crecimiento de nuestras jóvenes damas y caballeros - lo cual es fantástico."



Y Chögyam Trungpa creó la escuela infantil Alaya en Colorado, que a día de hoy sigue funcionando: podéis visitar aquí la web.




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